lunes, 28 de octubre de 2019

Clase 19 (26/10)

Hoy comenzamos con la propuesta de Maingueneau respecto del concepto de ethos.
Para ello, vimos el concepto de ethos retórico.


Lo que les toca:

* Leer Problemas de ethos, La escena de enunciación y El ethos de Dominique Maingueneau.
* Leer El pathos o el rol de las emociones en la argumentación de Ruth Amossy
* Leer Estereotipos de Mariana Cuñarro


miércoles, 23 de octubre de 2019

Clase 18 (23/10)

Hoy vimos la perspectiva sociosemiótica, retomando lo postulado por Voloshinov y avanzando con las propuestas de Mijaíl Bajtín en los textos El “Circulo de Bajtín” y el lenguaje como práctica social, de Pereira  y El problema de los géneros discursivos, de Bajtín.

Les dejo algunos ejemplos, para seguir pensando desde esta perspectiva:

* ¿qué conceptos están en pugna?
* ¿qué sentidos son los empleados?
* ¿alguno de ellos está cristalizado en la lengua?


Ejemplo 1: Mirar puntualmente desde el 4´


Ejemplo 2: Publicación en Latfem por el nombre de los Encuentros Nacionales de Mujeres




Ejemplo 3: Comentarios debajo de una foto de 1 hermano y 1 hermana


Ejemplo 4: 





La próxima comenzaremos con los planteos de Maingueneau en Problemas de ethosLa escena de enunciación El ethos.


sábado, 19 de octubre de 2019

Clase 17 (19/10)

Hoy trabajamos con los textos de enunciación en la imagen. Fundamentalmente, recorrimos los siguientes puntos:

* Deixis personal a partir de la mirada

* Deixis espacial a partir de la perspectiva

* Mundo narrado y mundo comentado a partir de tipo de vínculo que establece la imagen con el observador

* Modalidades de enunciativas a través de gestos y actitudes faciales

Les dejo algunas de las imágenes que recorren los puntos centrales vistos.

Para la próxima, Bajtin.

1.


 2.


3.

4. 

5.

6.



7.

jueves, 17 de octubre de 2019

Clase 16 (17/10)

Hoy cerramos polifonía con ejemplos del corpus y estos otros:






Lo que les toca:

* Leer los textos incluidos en La enunciación en la imagen y El “Circulo de Bajtín” y el lenguaje como práctica social, de Pereira al igual que El problema de los géneros discursivos, de Mijaíl Bajtín.

miércoles, 9 de octubre de 2019

Clase 15 (9/10)

Hoy hice la devolución de los parciales, y vimos los errores y aciertos en el formato de respuesta y en lo que respecta a los contenidos.
La clase próxima llevo nuevamente los exámenes para aquellas personas que hoy no fueron.

En nuestro próximo encuentro comenzaremos con Polifonía, sobre todo identificando, describiendo y analizando las voces que el o la enunciadora traen a los textos.
Recuerden que el sábado es feriado, así que nos vemos el siguiente miércoles.


Lo que les toca:

* Identificar voces en los textos que vengo subiendo al blog (el de Claudia Piñeiro, el texto Machirulo, y el que fotocopiaron hoy -que lo consiguen en la fotocopiadora de siempre bajo el nombre "Texto 9" de semio de Yanina)


Lo que me toca:

* Les dejo, porque lo recordé, el modelo de respuesta que les mencioné.
Tienen primero el texto La peste extranjera, de Tizón, y luego un análisis posible realizado por un docente de la cátedra para que vean cómo agrupar los datos obtenidos en la identificación y descripción de los elementos estudiados en clase (apelativos, subjetivemas, modalidades, deícticos, etc), y hacer de eso un análisis.
NO es un modelo absoluto y mucho menos memorizable. Tiene solo la intención de servirles de ejemplo



LA PESTE ES EXTRANJERA                                                                    Por Héctor Tizón 

Desde principios de año hay casi seiscientos casos de cólera registrados en Jujuy.

Para muchos, la epidemia de cólera que azota desde el año pasado el noroeste argentino llega de otros países. Para el autor de esta nota es un producto local, resultado inevitable de la pobreza y la desprotección de la gente. 

Desde que el cólera asomó la cara en esta región, ha pasado más de un año. Desde el 1 de enero hasta hoy, hay casi seiscientos casos registrados y un par de docenas de muertos. Como antes, ahora el Gobierno demuestra sus buenos sentimientos tratando de disimular, molesto, la absurda o escandalosa irrupción de un estigma del Tercer Mundo, como si el regusto de una pesadilla perturbara el voluntarioso ensueño nacional de los pocos, o el de los demás, el de las revistas de y para “ricos y famosos”, de cuyo esplendor nos beneficiaremos todos, sin duda, y en el cual los hábitos y los días transcurren sin dificultad y todo marcha bien y todo irá mejor.
El cólera, la pobreza y la incuria van de la mano y son aquí ubicuos. El Presidente y sus ministros han acudido a Perico —curioso designio—, se han retratado junto a un pobre infeliz deshidratado y han regresado, raudos. Dejando, eso sí, algún dinero y algunas recomendaciones asépticas. Quizá no hayan leído, o hayan despreciado por agorera, la nota de un modesto diario local que decía: “Todo el noroeste argentino se ve afectado por la desocupación producida por la paralización industrial, el receso de la actividad minera, la crisis azucarera y del tabaco, y los graves problemas por los que atraviesa la producción frutihortícola, provocada por la introducción de productos del Brasil, Chile y el Paraguay, que tienen costos distintos e inferiores a los argentinos.” 
En un dispensario de campaña encuentro a una joven médica asistiendo a un niño y cuando yo asomo sale un cura. Afuera, debajo de un árbol, esperan un hombre y una mujer sin edad y otros niños, silenciosos. Pregunto y ella dice que necesita más suero y no lo tiene. Zumban las moscas en la siesta. Por decir algo, también pregunto acerca del cura. “Ha venido a rezar”, dice. La joven médica quiere sanar al enfermo; el cura quiere asistirlo para una vida futura. Los que están esperando afuera, debajo del árbol, no dicen nada. Esta gente, sin pensarlo, racionaliza el sufrimiento, le da un sentido, por eso se resigna. Pero la miseria no es beneficiosa. La experiencia del dolor puede ser fecunda pero no lo justifica.
Fronteras
Por los medios se desliza la información de que la peste no proviene sólo de la falta de agua potable, redes cloacales o de la miseria y el abandono sino que viene de Bolivia. Eso encaja en el discurso oficial, que tiene abolengo desde el alto medioevo. Por esta causa se cierra la frontera, se nos pone en cuarentena, se decreta la expulsión de una caterva de desgraciados sin papeles y se nos fumiga. De pronto dejamos de ser los “hermanos de tierra adentro” y somos todos extranjeros. El cólera se eleva a la dignidad de destino o condición de nacimiento y el hombre muere desintegrándose en aguas y vuelve a ser lo que fue. Pero ni aun así el infortunio muestra el torvo rostro de la rebelión —como debiera si el dolor no amortiguara los resortes— sino el de la muerte preasignada, el de la marchita ternura del corazón.
En la botica del pueblo, adonde he ido a comprar unos ungüentos, encuentro a una vieja que suele proveer tal casa y otras de carne de chivos. Dice que ya no la traerá, porque se la quitan los gendarmes. “¿Qué hacen con ella?”, pregunto. “Se la comen ellos”, dice, como si hablara de un fenómeno natural. “Usted que sabe de remedios —pregunto al boticario—, ¿qué piensa que haremos?” Él se encoge de hombros y dice que nada. Luego dice: “Uno nace como puede, crece, trabaja, ama un poco, porque el mundo sin amor es un mundo muerto, se casa, envejece y muere como sea. Eso es todo.”
Yo pienso en los extranjeros expulsados de esta tierra lejana, afectada por la desocupación, el atraso, la incuria y ahora la peste. ¿Nos tendremos que ir todos? ¿Tendremos que elegir entre el bienestar o la soledad riesgosa y la vergüenza? Pero nada en el mundo vale la pena que uno se aparte de lo que le es propio.
Clarín, noviembre de 1990.


Análisis del sistema enunciativo del texto “La peste es extranjera” 

1) Deixis personal y apelativos
En este apartado se analiza cómo el discurso construye las “imágenes” del sujeto de la enunciación, de sus enunciatarios (explícitos o implícitos) y de las otras personas que intervienen en el esquema enunciativo.
El texto se inicia con referencias de tercera persona (“el cólera”, “el Gobierno”, “los pocos”) que, como se sabe, no es deíctica, salvo negativamente (en el sentido de que indica que no se está mencionando ni a la primera ni a la segunda persona, que sí son deícticas puras). Pero el primer párrafo termina mencionando a una primera persona del plural: “nos beneficiaremos todos”. Más allá de su sentido irónico (que se desprende de toda esa parte del texto), se trata de un nosotros de alcance máximo (equivalente a “nosotros, los argentinos”).
Más adelante (tercer párrafo), aparece una primera persona singular (“encuentro”, “yo asomo”, “pregunto”), que remite al enunciador del texto, comentador o narrador (ver punto 4). Después del subtítulo “Fronteras”, esa primera persona se incluye en un plural cuyo alcance es menor que el anterior (exclusivo): “se nos pone en cuarentena”, “dejamos de ser”, “somos todos extranjeros”; se refiere a los jujeños o a los habitantes del norte del país.
En el siguiente párrafo hay un segmento dialogado (ver punto 4) donde el narrador se dirige a un enunciatario representado, el boticario: “Usted”, “sabe”, deícticos puros.
No hay marcas explícitas (lingüísticas, deícticas) de un enunciatario de todo el texto. Se puede reconstruir a partir de su sentido general, del lugar de publicación y del contexto situacional: el autor se dirige a todo el pueblo argentino (los lectores del diario), e indirectamente al gobierno y sus partidarios, desde la perspectiva de un habitante del norte que se siente injuriado y menoscabado en sus derechos. También, sobre todo en el párrafo final, por las preguntas en esa primera persona del plural ya utilizada antes, se puede entender que se dirige a sus propios coterráneos, afectados por la situación.
Los apelativos son numerosos, y todos de tercera persona (delocutivos), es decir que no son deícticos. Pero suelen tener un gran contenido predicativo y, a veces, indican relaciones sociales. “El Gobierno”, “el Presidente” y “sus ministros” pertenecen al mismo campo semántico y aparecen como directos responsables de la situación descrita en todo el texto. Se podrían agrupar también con los “ricos y famosos”, “el cura”, “los medios”, “los gendarmes”. Del otro lado (seguramente el del autor): “pobre infeliz deshidratado”, “una joven médica”, “un hombre y una mujer sin edad”, “otros niños”, “los que están esperando afuera”, “caterva de desgraciados”, “hermanos de tierra adentro”, “una vieja que suele proveer mi casa...”, “el boticario”. Estos campos semánticos se podrían ampliar con el agregado de los subjetivemas, que se agrupan de manera similar (ver punto 5).

2) Deixis espacial (o localización/situación espacial)
No es abundante en el texto, pero sí muy importante para su significado total. De entrada hay una forma deíctica muy clara: “en esta región”, se refiere al noroeste y sitúa al enunciador en ella. A esa región se refiere el “aquí” del principio del segundo párrafo. Notar el “ha venido”, de la joven médica, y después el “viene de Bolivia” (venir, verbo de movimiento, generalmente de función deíctica). Al final aparece otro deíctico similar al primero: “en esta tierra lejana”. Indudablemente, esta situación geográfica es esencial para el texto, porque en ella gira todo su sentido y se ubica el enunciador (independientemente del lugar en el que escribe realmente el autor Tizón, cosa que no podemos saber), identificándose con ella y sus sufrimientos. (Como dice en el final: “Nada en el mundo vale la pena que uno se aparte de lo que le es propio.”)
Hay otras localizaciones espaciales, pero son cotextuales o absolutas (no deícticas): “Tercer Mundo”, “Perico”, “el noroeste argentino”, “Brasil, Chile y el Paraguay”, “en un dispensario de campaña”, “afuera, debajo de un árbol”, etc.

3) Deixis temporal (o localización/situación temporal)
Está muy marcada, aunque más por verbos que por otros elementos, y quizás no tiene tanta relevancia semántica como la deixis espacial. “Ha pasado más de un año”, “Desde el 1 de enero hasta hoy”: limitan un período que llega hasta el momento mismo de la enunciación, para contabilizar las muertes que el cólera produjo. (Si se contaran ahora, mayo de 2002, el tiempo sería otro; y las muertes también.) “Como antes, ahora”, establece un paralelismo, o más bien la continuidad en la (in)acción del Gobierno: “ahora la peste” (último párrafo) es el resultado de esa política. “Nos beneficiaremos”, “todo irá mejor” señalan hacia un futuro (posterioridad), pero el sentido es claramente irónico.
Más adelante, una serie de verbos relatan acciones recientemente llevadas a cabo por los gobernantes, es decir, anterioridad (ver punto 4). Sin embargo, el tiempo predominante es el presente, en grado cero del comentario (simultaneidad con el tiempo de la enunciación). En los párrafos finales aparece un futuro, ya no irónico sino interrogante y angustioso: “¿qué piensa que haremos?”, “¿tendremos que elegir...?”.

4) Alternancia mundo comentado/mundo narrado, o sistema de tiempos verbales
Se trata predominantemente de un comentario, por la fuerte presencia del sujeto enunciador en sus enunciados (deixis de primera persona singular y plural, apelativos, subjetivemas, modalidades) y por los tiempos verbales que lo caracterizan. Hay abundancia de tiempo presente en función de grado cero del comentario: “el Gobierno demuestra”, “van de la mano y son aquí ubicuos”, “Yo pienso en los extranjeros...” La anterioridad está marcada canónicamente por el pretérito perfecto (se trata de un escritor y, por añadidura, del interior del país, donde suele usarse correctamente esta forma general del español): “ha pasado”, “han acudido”, “se han retratado”. También aparece la posterioridad con el futuro simple, ya marcado en el punto 3. El autor, así, da su opinión sobre la situación actual, pero también la relaciona con sus antecedentes inmediatos y se pregunta sobre el futuro incierto.
Sin embargo, ese comentario enmarca otro tipo de enunciados que lo fundamentan. Hay relato, pero está en presente histórico (o narrativo). Se trata del párrafo que va desde “En un dispensario...” hasta “... no dicen nada”. 
Además, ese mismo párrafo termina con un ejemplo de presente genérico: “La experiencia del dolor puede ser...” El texto mismo termina también con el mismo recurso: “Nada en el mundo vale la pena...” En ambos casos, el autor enuncia su opinión en forma de “máxima”, es decir, como consejo o verdad basada en una experiencia profunda y que se propone como universal. El presente genérico también aparece en la opinión del boticario, dentro del segmento dialogado del anteúltimo párrafo. 
Hay algunos enunciados que pueden leerse como descriptivos, sobre todo en la escena del dispensario. Si bien en general predomina la dimensión dinámica del relato, éste está matizado por la dimensión estática (típicamente descriptiva) que tiene toda la escena: “Afuera, debajo de un árbol...”, “zumban las moscas en la siesta”. 

lunes, 7 de octubre de 2019

Clase 14 (5/10)

Hoy trabajamos con Heterogeneidades.
Les dejo, por un lado, el texto con el que vamos a ejercitar en clase; por otro, las 2 imágenes que aparecieron en los parciales. Les pido que las lleven para poder entender los errores y aciertos en las preguntas.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.


Lo que les toca:
* Buscar ejemplos en el texto de diferentes tipos de heterogeneidades.


Neologismos feministas
Típico de machirulo Por Celeste Abrevaya  Marina Mariasch

“Machirulo” es una palabra nueva introducida por la marea feminista. Señala al micromachista que celebra que las mujeres luchen pero cree que se les va la mano, le irrita el lenguaje inclusivo y le hincha el pañuelo verde de las pibas pero sabe que no puede decir nada. Además, el contexto en el que se hizo viral evidencia una descalificación histórica que emparenta la locura con la portación de útero.

Un montón de machirulos se están preguntando qué es machirulo. Como dijo @aleli: “Machirulo sos vos, Jorge, que te encanta que tu pibe sea mujeriego pero con la nena no y que tu señora es una santa pero viste cómo son las minas y esas locas que muestran las tetas a dónde vamos a llegar. Vos sos un machirulo.”

El lenguaje es así, está vivo y se renueva. La marea feminista incorporó palabras nuevas y se revelaron fórmulas y giros que tenían la marca del machismo.

¿Qué es un machirulo y cómo reconocerlo?

En lenguaje feminista, un idioma que pronto hablaremos todxs, machirulo es el que te dice que a todas las minas les gusta que les miren el culo. Machirulo es el que le festeja las trampas al amigo pero es cuida con la mujer y la hija. Machirulo es el que dice que ni machistas ni feministas, que somos todos iguales y la que quiere un lugar que se lo gane. Que además, ahora que la mujer llegó a presidente qué más quieren de igualdad, y que hay cosas como la casa y los hijos sobre los que la mujer sabe más. El machirulo te adula y te dice: “La mujer es lo más grande que hay”, y ahí deja bien claro lo machirulo que es. Al machirulo le parece bien que las mujeres luchen para que no las maten, pero cree que a las feministas se les está yendo un poco la mano, ya no se les puede decir nada, che. Los varones también sufren violencia. Y además existen muchas denuncias falsas de mujeres despechadas que quieren cagar a sus ex o sacarles los hijos o plata. Al machirulo ya le hincha el pañuelo verde de las pibas, pero no dice nada, porque más le molesta que hablen con la e en lenguaje de género y eso sí que no se lo banca: ¿Le mer estebe serene? ¿Podés hablar bien?
  * * *
“Un machirulo es quién abusa de sus privilegios que tiene por ser hombre para ningunear e incluso dar cátedra de cómo tenemos que ser las mujeres”, dice Tatiana de las agrupaciones Mujeres empoderadas  y Oktubre del Colegio Nacional de Buenos Aires.

Las feministas queremos cambiarlo todo. También el lenguaje donde se estructuran las relaciones sociales, un arma poderosa.

A las brujas las quemaban por brujas y por locas. Porque se movían en el margen de la incorrección. Por eso se criminalizó el autocontrol sobre su capacidad reproductiva y su sexualidad. Las parteras fueron las primeras sospechosas del delito de brujería. Hasta hace no mucho, para el Poder Judicial las mujeres puérperas eran consideradas igual que las personas psicóticas. Se tomaba como un atenuante el carrusel hormonal que conlleva un parto. Una igualación que al menos debería llamarnos la atención. Te está por venir, estás menopáusica, te hace falta un pijazo, estás con el subibaja emocional del embarazo: argumentos que convirtieron las diferencias en desigualdades sociales sedimentando la trama de una cultura patriarcal. Esa trama, en una constante a lo largo de la historia, desacreditó la palabra de las mujeres por hormonales o emocionales. Por locas. Esa operatoria emparenta la locura con el útero, con el aspecto más específicamente biológico de las mujeres. Esta perspectiva, además de ser oscuramente biologicista, pierde de vista que mujer se hace, no se nace, como nos enseñó la genial Simone de Beauvoir.
* * *
Ayer, Macri les pidió a lxs senadorxs: “demuestren que existe un peronismo confiable, que no se deja conducir por las locuras que impulsa Cristina Kirchner. Confío en que van a actuar de manera racional”. Racional. La racionalidad masculina, heterosexual, patriarcal y, podríamos agregar, capitalista y occidental. La respuesta de ella fue por Twitter. Y fue lapidaria.

“Tratar de loca a una mujer. Típico de machirulo”. Cristina Kirchner


Y las redes se volvieron una fiesta. Los memes no tardaron en llegar. CFK no solo corrió el eje de la discusión, sino que desnudó al Presidente en su misoginia más explícita con la contundencia de una única expresión.
Escuchar a Macri diciendo loca es escuchar el eco del macho del siglo XIX que mandaba al convento a la hija lesbiana, al macho de comienzos del siglo XX que dirimía las sucesiones de herencia declarando de insanía a la hermana, al macho de los años ´70 y ´80 que mandaba a la esposa a ponerse una boutique, señora de nadie. Un hombre que no puede dirimir los conflictos si no es descalificando a su adversario.

La descalificación por “locas” es tradición, desde Juana de Arco hasta las del altillo, cualquier rebelde que se saliera de la horma. A Cristina le dijeron parrillera, Miss Jesús, muere por los hombres; Miss predicado, siempre pegada a un sujeto; Milanesa de Kiosco, puro nervio; Sanguchito de miga: fiestera; Sobras de ayer: te hace la croqueta. A Eva le dijeron puta. A las Madres le dijeron locas. A Cristina le dijeron yegua. Nosotras, las feministas, nos reapropiamos de esos motes despectivos y nos reivindicamos así: putas, locas y yeguas. Una remera que diga.

A días del debate en la Cámara de Diputados por el aborto legal, seguro, y gratuito tildar de loca a una mujer no hace más que confirmar la distancia que existe entre el impulso de una ley urgente y necesaria para la ampliación de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, y lo machirulo que resultó “el feminista menos pensado”.

El feminismo es un kit de herramientas a mano de cualquiera. “El feminismo se amplió mucho más allá de los círculos militantes del movimiento de mujeres. Ha llegado a lugares impensados hace unos años. Hoy es un lenguaje que los medios de comunicación toman, replican, incluso hacen de eso un producto”, dice Carolina Spataro, Subsecretaría de políticas de género de la Facultad de Ciencias Sociales UBA.
El término “machirulo” expone las transformaciones de un feminismo pujante y masivo que explotó en los últimos años de la mano de nuevas generaciones de mujeres que lograron meterse en los poros de la tragedia del lenguaje, al decir del politólogo Eduardo Rinesi. Significado y significante no tienen una relación necesaria, sino una relación histórica y social. Entre la idea de una estructura del lenguaje absolutamente inconmovible y la ausencia de esa estructura, en ese hiato, se mete la política entendida como la lucha por los sentidos que es, en definitiva, una lucha por el poder. Ahí es donde emerge lo nuevo, donde los sentidos cambian, mutan.

“Hay un trasvasamiento generacional de las hijas a una generación a la que el feminismo no había interpelado masivamente”, dice Spataro. “Muchas veces Cristina le agradeció a Florencia el descubrimiento de nuevos términos. Lo mismo dice Moria sobre Sofía Gala, o Jorge Rial, que sostiene que gracias a sus hijas es un machista en recuperación. Las nuevas generaciones modifican ciertas estructuras de pensamiento de sus padres y madres.” La revolución de las hijas es una realidad. Cristina reconoció que las discusiones con Florencia sobre el patriarcado le “rompieron la cabeza”.

El lenguaje mismo entendido como estructura social porosa es susceptible a la contingencia. Es precisamente a través de esos poros que se hace la historia, las luchas populares, la cultura, las transformaciones. El feminismo, como movimiento eminentemente transgresor, fue más allá de las desigualdades sociales y económicas más visibles para meterse de lleno a combatir esas bases en apariencia perennes.

Minitah, tetazo, pañuelazo, sororidad, machirulo. Lo que no se nombra no existe. Y nombrar, entonces, implica visibilizar. Si quien visibiliza tiene, además, la investidura de la primera presidenta mujer electa, la potencia y la resonancia es todavía mayor.

viernes, 4 de octubre de 2019

Clase 13 (2/10)

Trabajamos con los deícticos de tiempo, para lo cual, tomamos los estudios de Weinrich, planteados en "Estructura y función de los tiempos en el lenguaje".

Lo que les toca:

* Leer los textos propuestos en "La enunciación en la imagen"